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Location: Valencia, Malvarrosa, Spain

Monday, February 13, 2006

Oración al comenzar las clases del día

JUEVES, 9 FEBRERO 2006
Un maestro gurú caminaba con sus discípulos. El maestro enseñaba, valiéndose de preguntas llenas de contenido, acertijos que guardaban en si toda la sabiduría de la vida. Y siempre sorprendía a sus discípulos con sus sabias enseñanzas.
En cierta ocasión, mientras anochecía, preguntó a sus discípulos si sabrían decir cuándo acababa la noche y comenzaba el día. El primero de ellos dijo:
- «Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo».

- «No», dijo el gurú.
- «Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un pino o una encina»,

- «Tampoco», dijo el gurú.
- «Está bien, dijeron los discípulos, dinos cuándo es».
- «Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche».

Señor:
gracias por la lección de esta parábola. ¡Qué sabiduría la del maestro gurú!.
Mirar a la cara a todos los hombres y reconocer en ellos a mis hermanos, y mirar a la cara a todas las mujeres y reconocer en ellas a mis hermanas es vivir en un mundo fraterno. Si lo hacemos así habrán desaparecido las guerras, los terrorismos, los malos tratos, los abusos de todo tipo...
Toca, Señor, nuestros corazones para que seamos capaces de esto.
AVE MARÍA

VIERNES, 10 FEBRERO 2006
Una niña estaba muriendo de una enfermedad de la que su hermano, de dieciocho años, había logrado recuperarse tiempo atrás. El médico dijo al muchacho:
- «Sólo una transfusión de tu sangre puede salvar la vida de tu hermana. ¿Estás dispuesto a dársela?».
Los ojos del muchacho reflejaron verdadero pavor. Dudó por unos instantes, y finalmente dijo:
- «De acuerdo, doctor; lo haré».
Una hora después de realizada la transfusión, el muchacho preguntó indeciso:
- «Dígame, doctor, ¿cuándo voy a morir?».
Sólo entonces comprendió el doctor el momentáneo pavor que había detectado en los ojos del muchacho: creía que, al dar su sangre, iba también a dar la vida por su hermana.
Sólo entonces comprendió el doctor el gran gesto de generosidad que había tenido aquel muchacho de dieciocho años, porque no sólo había ofrecido su sangre: Había ofrecido su vida.

Señor:
Dar sangre a otro es ayudar a vivir a esa persona.
Pero lo más bonito es que el donante no pierde vida sino que también él mejora. Lo mismo pasa cuando lo que damos no es sangre, sino cualquier otra cosa: cuando damos limosna, cuando damos de nuestro tiempo, cuando damos lo que hemos aprendido...
¿Por qué seremos tan egoístas las personas, si cuando damos recibimos mucho más de lo que damos?.
Haznos generosos, Señor.
AVE MARÍA

LUNES, 13 FEBRERO 2006
Un ex-prisionero de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia. De tanto en tanto solían encontrarse para comentar aquel tiempo terrible de horror y crueldad.
Tras saludarse como hermanos, la conversación recayó sobre el tiempo pasado y los recuerdos que afloraban a sus mentes. En un momento de la conversación el visitante preguntó a su amigo:
- «¿Has olvidado ya a los nazis?».

- «Pues no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.»
- «Entonces, le dijo apaciblemente su amigo, aún siguen teniéndote prisionero»
Nuestros enemigos no son los que nos odian, sino aquellos a quienes nosotros odiamos.

(Anthony de Mello)

Señor:
Nosotros también hemos experimentado lo que dice la parábola de hoy: cuando odiamos o guardamos rencor o deseamos hacer mal a alguien somos "prisioneros" de ese sentimiento.
Cuando amamos y perdonamos, nos sentimos libres y felices.
Te pedimos, Señor, por los enfermos de todo tipo.
AVE MARÍA

MARTES, 14 FEBRERO 2006
Érase una vez una mujer muy devota y llena de amor de Dios. Acostumbraba ir a la iglesia todas las mañanas, y por el camino solían acosarla los niños y los mendigos, pero ella iba tan absorta en sus devociones que ni siquiera los veía.
Desde su más tierna infancia había aprendido a practicar sus devociones y estaba convencida de que allí, en la paz y quietud del templo, se encontraba con Jesús cada mañana.
Un buen día, tras haber recorrido el camino acostumbrado, llegó a la iglesia en el preciso momento en que iba a empezar el culto. Empujó la puerta, pero ésta no se abrió. Volvió a empujar, esta vez con más fuerza, y comprobó que la puerta estaba cerrada con llave.
Afligida por no haber podido asistir al culto por primera vez en muchos años, y no sabiendo que hacer, miró hacia arriba... y justamente allí, frente a sus ojos, vio una nota clavada en la puerta con una chincheta.
La nota decía: «Estoy ahí fuera».

Señor:
tú ya nos enseñaste esta lección con la parábola del Samaritano: a veces los creyentes damos más importancia a los rezos y los ritos que a los prójimos necesitados de nuestra ayuda. Otras veces hacemos lo contrario: ayudamos a los demás y dejamos de rezar y de celebrar la eucaristía. ¡Siempre dando tumbos de un extremo al otro!.
Tú quieres que atendamos a las dos cosas: al rezo, a la eucaristía semanal, y a la caridad. Ayúdanos.
AVE MARIA

MIÉRCOLES, 15 FEBRERO 2006
Un agricultor, cuyo maíz siempre había obtenido el primer premio en la Feria del Estado, tenía la costumbre de compartir sus mejores semillas de maíz con todos los demás agricultores de los contornos.
El resto de agricultores de la comarca, acostumbrados a competir entre ellos y a guardar celosamente sus semillas, estaban intrigados por aquella muestra de generosidad. Por fin decidieron investigar el motivo.
Cuando le preguntaron por qué lo hacia, dijo:
- «En realidad, es por puro interés. El viento tiene la virtud de trasladar el polen de unos campos a otros. Por eso, si mis vecinos cultivaran un maíz de clase inferior, la polinización rebajaría la calidad de mi propio maíz. Esta es la razón por la que me interesa enormemente que sólo planten el mejor maíz».
La calidad de vida de quienes conviven con nosotros también repercute en nuestra vida.

(Anthony de Mello)

Señor:
muchos creen que compartir lo mejor de lo que tienen y lo que son les va a perjudicar. Pero la parábola de hoy nos recuerda que ocurre todo lo contrario.
Te pedimos esta mañana por las personas y los Gobiernos que poseen mucho y no comparten nada;
te pedimos por los pobres de esta tierra, y te pedimos por nosotros que tenemos de todo hasta sobrarnos y pocas veces nos acordamos de compartir con los que tienen menos.
AVE MARÍA

JUEVES, 16 FEBRERO 2006
Le intrigaba a la comunidad judía de aquella ciudad el que su rabino desapareciera todas las semanas la víspera del sábado. Todos le consideraban un buen judío y presentían que el sábado no realizaría ningún trabajo, tal como está mandado por la religión judía, sino que se dedicaría a la oración y la contemplación de Dios.
Sospechando que el rabino se encontraba en secreto con Yahvé, encargaron a uno de sus miembros que le siguiera y fuera testigo de sus encuentros con Dios... así podrían considerarle como un santo.
Y el «espía» comprobó que el rabino, llegado el viernes se disfrazaba de campesino y atendía a una mujer pagana paralítica, limpiando su cabaña y preparando para ella la comida del sábado.
Cuando el «espía» regresó, la comunidad judía le preguntó:
- «¿Adónde ha ido el rabino?, ¿Le has visto ascender al cielo? »
«No, respondió el otro, ha subido aún más arriba...» (Anthony de Mello)

Señor:
el rabino de hoy nos enseña que la mejor manera de preparar el domingo es hacer caridad el sábado. Sabemos que a ti te agrada que nos ayudemos los unos a los otros y que ayudar al prójimo es amarte a ti.
Te pedimos esta mañana, por intercesión del Venerable Glicerio Landriani, a quien Calasanz amaba tanto, que envíes muchas vocaciones a las Escuelas Pías.
Y te damos gracias por quienes tienen su vida entregada al servicio de los demás.
AVE MARIA

VIERNES, 17 FEBRERO 2006
Érase una vez un sacerdote tan santo que jamás pensaba mal de nadie.
Un día, estaba sentado en un restaurante tomando una taza de café que era todo lo que podía tomar, por ser día de ayuno y abstinencia—cuando, para su sorpresa, vio a un joven miembro de su congregación devorando un enorme filete en la mesa de al lado.
- «Espero no haberle escandalizado, padre», dijo el joven con una sonrisa.
- «De ningún modo. Supongo que has olvidado que hoy es día de ayuno y abstinencia»,

replicó el sacerdote.
- «No, padre. Lo he recordado perfectamente... »
- «Entonces, seguramente estás enfermo y el médico te ha prohibido ayunar... »
- «En absoluto. No puedo estar más sano»
Entonces, el sacerdote alzó sus ojos al cielo y dijo:
- «¡Qué extraordinario ejemplo nos da esta joven generación, Señor! ¿Has visto cómo este joven prefiere reconocer sus pecados antes que decir una mentira?.»

(Anthony de Mello)

Señor:
es una gracia ser capaz de ver siempre lo bueno de los demás y nunca lo malo. Desgraciadamente nosotros estamos acostumbrados a lo contrario: pensamos mal de la gente, juzgamos mal las acciones de los otros, criticamos negativamente las determinaciones de los políticos.
Hoy te pedimos por ellos, Señor, por los políticos y gobernantes, tantas veces criticados y mal interpretados.

AVE MARÍA

LUNES, 20 FEBRERO 2006
En la «Vida de los Padres» se cuenta que Epifanio, obispo de Chipre, invitó una vez a Hilarión:
- «Ven a mi casa para que podamos conocernos antes de morir».
Cuando estaban juntos, sentados a la mesa, les presentaron carnes de diversas aves y el obispo las puso ante Hilarión. El anciano abad se excusó:
— Perdóname, padre. Desde que tomé el hábito monástico no he probado jamás la carne.
El obispo le replicó:
— Yo, por el contrario, desde que llevo las insignias episcopales no he permitido nunca que alguien se acueste teniéndome rencor, y no he sido capaz de dormir antes de reconciliarme con quien me había contrariado.
Entonces dijo el abad:

— Perdóname, padre. Tu progreso en el camino de la vida está mucho más allá del que yo he logrado. Acabo de comprender que para un cristiano es más importante practicar el perdón y la solidaridad que hacer penitencias. (J. López Melus)

Señor:
Hoy nos das otra estupenda lección: “para un cristiano es más importante practicar el perdón y la solidaridad que hacer sacrificios”. A nosotros nos cuesta perdonar al compañero, al profesor, a los hermanos, a nuestros padres...
Ensancha nuestro corazón, Señor, para que seamos capaces de perdonar y para que quepan en él todas las personas de cualquier credo religioso, partido político o color de la piel.

AVE MARÍA

MARTES, 21 FEBRERO 2006
Hacia más de veinte años que no pisaba una iglesia. Se acercó titubeante a un confesionario. Se arrodilló y, tras un instante de duda, se desahogó entre lágrimas:
—Tengo las manos manchadas de sangre. Fue durante la retirada del frente ruso. Cada día moría alguno de los nuestros. El hambre era horrible. Nos habían dicho que antes de entrar en las isbas (las cabañas de madera de la estepa rusa) pusiéramos la mano en el gatillo del fusil, listos para disparar a la primera señal de peligro. Yo había entrado en una de estas isbas, una vivienda de cuatro por seis metros. En su interior encontré a un anciano y una chica rubia de ojos azules, cargados de tristeza.
—Pan. ¡Quiero un poco de pan!—les ordené.
La chica se inclinó. Yo pensé que iba a coger un arma, una bomba. Disparé sin pensarlo. Cayó boca arriba con un hilo de sangre en la comisura de los labios. Cuando me acerqué, vi que la chica apretaba en su mano un pedazo de pan. Habla matado una chica de catorce años, una niña inocente que iba a darme un trozo de pan. Luego me di a la bebida intentando olvidar, pero ¿cómo? ¿Hay perdón para mi?. (Bruno Ferrero)

Señor:
nosotros no sabemos lo que es el hambre, porque nos sobra comida y hasta tenemos que hacer dietas y gimnasia para adelgazar. Pero cada día mueren miles de criaturas de hambre y muchas más están subalimentadas.
Te damos gracias, Señor, por el pan de cada día y te pedimos que nos hagas conscientes, a cada uno de nosotros y a los gobernantes, de que no hay derecho a esto: a unos nos sobra lo que a otros les falta para sobrevivir.

AVE MARIA

MIÉRCOLES, 22 FEBRERO 2006
Un día las monas decidieron hacer un viaje de aprendizaje. Camina que camina, se pararon y una preguntó:
—¿Qué es lo que se ve?
—La jaula del león, el estanque de las focas y la casa de la jirafa.
- Qué grande es el mundo y qué instructivo es viajar.
Siguieron el camino y se pararon sólo al mediodía.
—¿Qué es lo que se ve ahora?
—La casa de la jirafa, el estanque de las focas y la jaula del león.
—Qué extraño es el mundo y qué instructivo es viajar.
Se pusieron en marcha y se pararon sólo a la puesta del sol.
—¿Qué hay para ver?
—La jaula del león, la casa de la jirafa y el estanque de las focas.
—Qué aburrido es el mundo: se ven siempre las mismas cosas. Y viajar no sirve precisamente para nada.
Claro: viajaban, viajaban, pero no habían salido de la jaula y no hacían más que dar vueltas en redondo como los caballos en un tiovivo. (Gianni Rodari, Cuentos por teléfono)

Señor:
la vida se puede convertir en una rutina aburrida o en una aventura apasionante siempre nueva. Depende no de la vida, no de las cosas, sino de la actitud con que nos levantemos cada mañana y del espíritu con que nos enfrentemos a la tarea diaria.
Te damos gracias, Señor, por la vida y por las dificultades de cada día que la hacen bella e interesante.
Y te pedimos por quienes han perdido las ganas de vivir y están deprimidos o derrotados.
AVE MARÍA

JUEVES, 23 FEBRERO 2006
Habla un hombre que deseaba poseer oro: tanto oro, todo el oro posible. Lo deseaba tan ardientemente que ya no tenía pensamiento para otra cosa, ni era capaz de desear nada más. El oro se habla convertido para él en una obsesión anclada en su mente.
En las vitrinas de las joyerías y en los escaparates no vela que, además de los collares relumbrantes de oro, había también otras tantas cosas bellas.
Un día no pudo resistir más: entró derecho en la tienda de los joyeros, agarró de prisa un puñado de brazaletes de oro y salió corriendo.
Naturalmente, fue en seguida arrestado, y los policías le dijeron:
- «¿Pero cómo pensabas poder escapar? La joyería estaba llena de gente».
- «¿De verdad?», dijo el hombre sorprendido. «No me habla dado cuenta. Yo no veía más nada que el oro». (Cuento persa)

Señor:
nuestro refranero dice "la avaricia rompe el saco". Y esto le ha pasado al de la parábola de esta mañana: la avaricia le cegó y terminó en la cárcel.
Haznos, Señor, desprendidos y generosos, que seamos capaces de compartir nuestras cosas de hoy y nuestro dinero de mañana con los que tienen menos que nosotros.
Te pedimos por los países subdesarrollados, que no salen de su pobreza por la avaricia de los países ricos que los explotan.

AVE MARIA

VIERNES, 24 FEBRERO 2006
Un zapatero remendón acudió al rabino Isaac y le dijo:
- «No sé qué hacer con mi oración de la mañana. Mis clientes son personas pobres que no tienen más que un par de zapatos. Yo se los recojo a última hora del día, cuando regresan del trabajo, y me paso la noche trabajando; al amanecer, aún me queda trabajo por hacer si quiero que todos ellos los tengan listos para ir a trabajar. Y mi pregunta es: ¿Qué debo hacer con mi oración de la mañana?».
- «¿Qué has venido haciendo hasta ahora?», pregunto el rabino.
- «Unas veces hago la oración a todo correr y vuelvo enseguida a mi trabajo; pero eso me hace sentirme mal. Otras veces dejo que se me pase la hora de la oración, y también entonces tengo la sensación de haber faltado; y de vez en cuando, al levantar el martillo para golpear un zapato, casi puedo escuchar cómo mi corazón suspira: ¡Qué desgraciado soy, pues no soy capaz de hacer mi oración de la mañana...!»
Le respondió el rabino:
- «Si yo fuera Dios, apreciaría más ese suspiro que la oración». (Tradicional judío)

Señor:
a ti te gusta que tus hijos te escuchemos y también te contemos nuestras cosas, que te demos gracias y que te pidamos lo que creemos necesitar. Eso es hacer oración. Y eso se puede hacer mientras venimos al colegio o vamos a casa o en medio del recreo o de la clase.
Te pedimos, Señor, por las Madres Escolapias y sus colegios, ya que hoy es la Fiesta de su Fundadora, Santa Paula Montal.
AVE MARIA

LUNES, 27 FEBRERO 2006
Aquella tarde, la comunidad monástica hacía en su templo una oración de intercesión. Una tras otra se escuchaban las peticiones de los monjes:

- “Señor, te pido”, “Señor, te pido”, “Señor te pido”... Por fin todos callaron largamente.
Poco después se dejó oír la voz del Superior:

- “ahora, Señor, dinos en qué podemos ayudarte; te escuchamos en silencio”.
Al cabo de un rato él mismo concluyó:

- “Gracias, Padre Dios, porque quieres contar con nosotros”.
Y todos los monjes respondieron al unísono:
- “Amén”.
Y es que habían comprendido que la oración del cristiano, como el amor, tiene dos tiempos: pedir y dar, dar y recibir... y que si falta uno de ellos, la oración, como el amor, se muere.

Señor:

Otra vez las parábolas nos insisten en que no se trata sólo de pedirte y pedirte. Si queremos ser amigos tuyos de verdad, también hemos de darte. Disculpa nuestro egoísmo que es el que nos lleva a tratarte como si fueras el dueño de un almacén al que vamos a cubrir todas nuestras necesidades. Tú quieres ser tratado como dos amigos se tratan.
Te pedimos hoy por los monjes y las monjas: que siempre tengan nuevas vocaciones.
AVE MARÍA

MARTES, 28 FEBRERO 2006
Cierto día, uno de los discípulos fue sorprendido robando. Lo apresaron, lo denunciaron, lo acusaron y esperaron un castigo ejemplar por parte del Maestro. Pero el Maestro no hizo nada. Los demás discípulos se desconcertaron, murmuraron, protestaron, amenazaron... Por fin, al ver que no se castigaba al culpable, todos se reunieron y declararon ante el maestro que si el ladrón no era expulsado, se marcharían todos ellos. El Maestro, muy tranquilo, contestó:
- “Podéis iros. Vosotros tenéis ya buenas costumbres y buen juicio. Sabéis distinguir entre el bien y el mal y actuar según el dictamen de vuestra conciencia. Pero este pobre discípulo no distingue todavía entre el bien y el mal ¿quién la va a enseñar si yo lo expulso?. Yo seguiré enseñándole a él, aunque todos los demás os marchéis”.
El ladrón se echó a llorar. Sintió que todo deseo de robar acababa de desaparecer de sus entrañas. Hasta entonces se había mostrado arrogante, pero ante la bondad del maestro se deshizo su orgullo, se le abrieron los ojos y se le enterneció el corazón.
El ladrón no fue el único que lloró: hubo también lágrimas escondidas en los ojos de varios que se sabían culpables de faltas no descubiertas. Desde este momento ya no hubo más robos. Y es que la compasión del Maestro es la gran virtud que inspira la mejor conducta en el discípulo.

Señor:

Tú eres el modelo máximo de compasión, misericordia y perdón. Cuando tú usas ese sistema, será porque es más eficaz que el juicio y la mano dura. Pero a nosotros nos cuesta imitarte, somos rápidos en hacer juicios condenatorios y tenemos lemas como “el que la ha hecho, la paga”, “el malo debe ser condenado y el bueno premiado”.
Enséñanos, Jesús, a ser compasivos y perdonadores, como tú.
AVE MARÍA

MIERCOLES DE CENIZA, 1 MARZO 2006 (Comienza la Cuaresma)
Hoy comienza la Cuaresma con el rito tradicional de la “Imposición de la ceniza”, símbolo de nuestro deseo de mejorar nuestra vida, en servicio de los próximos. Por eso la liturgia nos dice:
- “Convertíos a mí y yo me convertiré a vosotros. No seáis como vuestros padres. Quitaos de encima vuestras faltas y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Arrepentíos y viviréis. Borrad vuestros pecados con limosnas, vuestras malas acciones socorriendo a los pobres”

Señor,

hoy comienza el tiempo que llamamos de CUARESMA, cuarenta días de preparación para la gran fiesta de la PASCUA, que fue tu paso de la muerte a la vida, garantía de nuestra vida eterna. Gracias, Señor, porque nos das esta bonita oportunidad de prepararnos con mucho tiempo.
Ayúdanos a acoger en nuestro corazón tu llamada a convertirnos, a dejar las malas acciones.
AVE, MARÍA

JUEVES, 2 MARZO 2OO6. - DESPUÉS DE CENIZA
Ayer comenzó la Cuaresma. Hoy escuchamos esta petición que la misma Palabra de Dios pone en nuestra boca:
- “Nosotros somos, Señor, tu pueblo y tu heredad: ten los ojos abiertos ante la súplica de tus hijos, para atendernos siempre que te invoquemos, pues entre todas las naciones del mundo, tú nos escogiste como tu herencia”.

Señor,

gracias por habernos regalado conocerte, creer en ti y el bautismo, que nos hace miembros de tu pueblo. Ayúdanos a aprovechar bien este tiempo de conversión que es la Cuaresma. Y acuérdate de tantos millones de personas que no te conocen todavía. Envíales muchos misioneros y misioneras que les prediquen tu palabra y les ayuden a crecer como hijos de nuestro Padre Dios.
AVE, MARÍA

VIERNES, 3 MARZO 2006. - DESPUÉS DE CENIZA.
Muchos cristianos tienen una idea equivocada de la Cuaresma: piensan que es un tiempo de tristeza y sacrificios absurdos. Nuestro Dios no es un Dios de tristes y muertos, sino un Dios de vida. Escuchemos lo que nos dice hoy:
- “No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta de su mala conducta y que viva feliz. Convertíos a mí, vuestro Dios; escuchad mi voz: lo que yo os mando, hacedlo con todo el corazón y con toda el alma. Y yo, vuestro Dios, cambiaré vuestra suerte compadecido de vosotros”.

Señor,

eres reiterativo. Nos repites una y mil veces el mismo mensaje: convertíos, convertíos... Gracias, Señor, porque es tu amor hacia nosotros lo que te impulsa a esa reiteración. Ayúdanos, Señor, a abrir nuestros oídos y nuestro corazón a tu Palabra, porque ella es palabra que da vida.
Te pedimos hoy por nuestra gente: que progresemos en los grandes valores de tu Evangelio: solidaridad, justicia, amor.
AVE, MARÍA

LUNES, 6 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un zorro hambriento se acercó con muy buenas palabras a un gallo, y pillándolo descuidado saltó sobre él y lo pescó. Pero viendo esto la gente, corrieron tras el zorro diciéndole:
— Deja el gallo que no es tuyo.
Oyendo esto el gallo, dijo al zorro:
— ¿No oyes lo que dicen aquellos rústicos aldeanos? ¿Por qué no les respondes? Diles que yo no soy suyo, sino tuyo; y que te llevas tu gallo y no el suyo.
El zorro hizo caso de estas razones, y dejando el gallo de la boca, dijo:
— Yo llevo mi gallo y no el vuestro.
En el mismo momento en que el zorro decía estas palabras, el gallo voló a un árbol vecino, y desde lo alto, dijo al zorro:
— Mientes, señor mío, porque yo soy de aquéllos y no tuyo.
El zorro, dándose cuenta del engaño, se fue avergonzado. (Esopo)

Señor:
tú quieres que seamos avispados y usemos nuestro ingenio. Te damos gracias por la inteligencia humana, gracias a la cual las personas estamos consiguiendo tan maravillosos avances. Te pedimos esta mañana por los minusválidos psíquicos y mentales y por quienes les cuidan.
Y te pedimos también por los artistas, que con su creatividad e ingenio nos hacen disfrutar: músicos, pintores, poetas, novelistas, escultores...
AVE MARIA

MARTES, 7 MARZO 2006 (CUARESMA)
En cierta ocasión, un discípulo le dijo a Confucio:
- «¿Cuáles son los ingredientes fundamentales de un buen gobierno?».
Le respondió Confucio:
- «Alimentos, armas y la confianza del pueblo».
- «Pero, si tuvieras que prescindir de uno de esos tres ingredientes, siguió preguntando el discípulo, ¿de cuál de ellos prescindirías?»
- «De las armas.»
- «¿Y si tuvieras que prescindir de uno de los otros dos?,
- «De los alimentos»
- «¡Pero, sin alimentos, la gente moriría!, »
- «Desde tiempo inmemorial, dijo Confucio, la muerte ha sido el destino de los seres humanos.
Pero un pueblo que ya no confía en sus gobernantes está verdaderamente perdido.

(Anthony de Mello)

Señor:
la confianza del pueblo en sus gobernantes escasea mucho. No están bien vistos los políticos. Hay bastante gente que vale mucho y no quiere dedicarse a la política. Hay bastantes que dicen ser "apolíticos". Y así a veces el gobierno de los pueblos queda en manos de desaprensivos.
Hoy te pedimos que suscites vocaciones de políticos entre los mejores de cada pueblo, para que la justicia y el bienestar crezcan.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 8 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un pobre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche descubrió de pronto que no llevaba consigo su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta, y el pobre hombre estaba muy afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus oraciones. Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo:
- «He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar».
Y el Señor dijo a sus ángeles:
- «De todas la oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero». (Anthony de Mello)

Señor:
rezar bien no es repetir palabras de memoria Lo que a ti te gusta es que te hablemos con un corazón sencillo y sincero que te contemos nuestros éxitos y nuestros fracasos; que te demos gracias por lo que nos concedes (la vida, la fe, la familia, el colegio, los amigos la inteligencia...); que te pidamos con confianza lo que creemos necesitar en cada momento; que te hablemos de las personas que amamos...
AVE MARÍA

JUEVES, 9 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un rico majarajá de la India se hizo a la mar y, al poco rato, se desató una gran tormenta. Uno de los esclavos de a bordo comenzó a llorar y a gemir de miedo, porque era la primera vez que subía a un barco. Su llanto era tan insistente y prolongado que toda la tripulación comenzó a irritarse, y a punto estuvo el majarajá de arrojarlo personalmente por la borda.
Pero su primer consejero, que era sabio, le dijo:

- «No. Dejadme a mi ocuparme de él. Creo que puedo curarlo».
Y ordenó a unos cuantos marineros que arrojaran a aquel hombre al mar atado con una cuerda. En el momento en que se vio en el agua, el pobre esclavo, totalmente aterrorizado, se puso a chillar y a debatirse frenéticamente. Las olas jugaban con él, se pasaban por encima, le levantaban a lo alto del mar encrespado... Al cabo de unos segundos, el sabio ordenó que lo izaran a bordo.
Una vez en cubierta, el esclavo se tendió en un rincón en absoluto silencio. Cuando el majarajá quiso saber a qué se debía semejante cambio de actitud, el consejero le dijo:
- «Los seres humanos nunca nos damos cuenta de lo afortunados que somos hasta que nuestra situación empeora». (Anthony de Mello)

Señor:
así es: "los seres humanos nunca nos damos cuenta de lo afortunados que somos hasta que nuestra situación empeora". Ayúdanos, tú, Señor, a ver siempre lo positivo de cada situación y a no caer en pesimismos y depresiones que tanto hacen sufrir a quienes las padecen y a quienes están alrededor de ellos.
Te pedimos hoy por las personas que sufren depresión y por los ancianos que han perdido la ilusión y por quienes les cuidan.
AVE MARIA

VIERNES, 10 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un viejecito, ateo e incrédulo, fue a visitar a un sacerdote. Quería que le ayudase a resolver sus dudas de fe. No lograba convencerse de que Jesús de Nazareth hubiera resucitado. Buscaba pruebas de la resurrección. Cuando entró en casa del sacerdote, estaba ya alguien hablando con él. El sacerdote entrevió al anciano de pie en el pasillo, y corrió en seguida, sonriente, a ofrecerle una silla. Cuando el otro se despidió, el sacerdote hizo entrar al señor anciano. Una vez conocido su problema, le habló largamente y, después de un denso coloquio, el anciano de ateo se convirtió en creyente y quiso volver a ponerse en contacto con la palabra de Dios, recibir los sacramentos y recobró la confianza en la Virgen.
El sacerdote satisfecho, pero también un poco sorprendido por el cambio, le preguntó:
- «Por favor, después de nuestro largo coloquio, ¿cuál ha sido el argumento que le ha convencido de que Cristo de verdad ha resucitado y de que Dios existe? ».
- «EI detalle de acercarme la silla para que no me cansase de esperar», respondió el viejecito. (Danilo Zanella)

Señor:
la parábola de esta mañana nos enseña que a veces un pequeño gesto de amor vale más que grandes argumentos en favor de tu existencia. Los cristianos hemos de amar más a los demás y hablar menos de ti.
Te pedimos ahora por las misioneras y misioneros, para que tú les hagas amables y pacientes con todos; y para que les envíes nuevas vocaciones, que continúen la labor iniciada por ellos.
AVE MARÍA

LUNES,13 MARZO 2006 (Cuaresma)
Érase una vez un asceta que, además de practicar un riguroso celibato, se había propuesto como misión en la vida combatir el sexo a toda costa, tanto en él como en los demás. A causa de esta actitud, prolongada durante años, terminó por tener una visión muy negativa de la vida, del cuerpo y de las relaciones entre las personas.
Cuando le llegó la hora, falleció, y su discípulo, que no pudo soportar la impresión, murió poco después. Cuando el discípulo llegó a la otra vida, no podía dar crédito a sus ojos: ¡allí estaba su querido maestro con una mujer extraordinariamente hermosa sentada en sus rodillas!
Pero se le pasó el susto cuando se le ocurrió pensar que su maestro estaba siendo recompensado por la abstinencia sexual que había ostentado en la tierra. Entonces se acercó a él y le dijo:
- «Querido maestro, ahora sé que Dios es justo, porque tú estás recibiendo en el cielo la recompensa por tus austeridades en la tierra».
El maestro, que parecía bastante molesto, le dijo:
- «Idiota, ni esto es el cielo ni yo estoy siendo recompensado, sino que ella está siendo castigada! Porque las personas que tenemos una visión tan negativa de la vida, como yo he tenido, sólo servimos de castigo para los demás». (Anthony de Mello)

Señor:
entre nosotros se dan los dos extremos: unos tienen una visión muy negativa de la vida, del cuerpo y de las relaciones entre las personas, y otros se creen que el propio cuerpo y el cuerpo de los demás sólo son un juguete. Ayúdanos a no caer en una visión negativa de la vida y enséñanos a respetarnos y respetar a los demás.
Te pedimos hoy por quienes se han visto arrastrados a la prostitución y por quienes padecen el sida.
AVE MARIA

MARTES, 14 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un discípulo se acercó a su Maestro y le dijo:
- «Maestro, yo soy un hombre rico y acabo de heredar una gran fortuna. ¿Cómo debo emplearla para que redunde en mi provecho espiritual?».
Le dijo el Maestro:
- «Vuelve dentro de una semana y te daré una respuesta».
Transcurrida la semana, regresó el discípulo, y el Maestro, suspirando, le dijo:
- «La verdad es que no sé qué decirte. Si te digo que des el dinero a tus parientes y amigos, no obtendrás ningún bien espiritual. Si te digo que lo entregues al templo, sólo conseguirás alimentar la avaricia de los sacerdotes. Y si te digo que se lo des a los pobres, te enorgullecerás de tu caridad y caerás en el pecado de soberbia».
Pero, como al discípulo le urgía una respuesta, el Maestro acabó diciendo:
- «Está bien; da el dinero a los pobres. Al menos ellos se beneficiarán, aunque tú no lo hagas». (Anthony de Mello)

Señor:
nosotros, con la excusa de que no tenemos dinero, estamos acostumbrándonos a no dar nunca limosna. Pero la verdad es que si que tenemos dinero para el bocado de cada día y para los fines de semana. Lo que pasa es que somos unos egoistones y nos olvidamos de los pobres. Enséñanos a colaborar con las instituciones que atienden a los pobres.
Esta mañana te pedimos por "Caritas" y todas esas Obras dedicadas a ayudar a los necesitados.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 15 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un joven que buscaba un Maestro capaz de encauzarle por el camino de la santidad llegó a una escuela de sabiduría presidida por un gurú que, a pesar de gozar de una gran fama de santidad, era un farsante. Pero el joven no lo sabía.
- «Antes de aceptarte como discípulo —le dijo el gurú—, debo probar tu obediencia. Cerca de esta escuela fluye un río plagado de cocodrilos. Deseo que lo cruces a nado».
La fe del joven discípulo era tan grande que hizo exactamente lo que se le pedía: se dirigió al río y se introdujo en él gritando:
- «¡Alabado sea el poder de mi gurú! ».
Y, ante el asombro de éste, el joven cruzó a nado hasta la otra orilla y regresó del mismo modo, sin sufrir el más mínimo daño. Aquello convenció al gurú de que era aun más santo de lo que había imaginado, de modo que decidió hacer a todos sus discípulos una demostración de su poder, a fin de acrecentar su fama de santidad. Se metió en el río gritando:
- «¡Alabado sea yo! ¡Alabado sea yo!», y al instante llegaron los cocodrilos y lo devoraron.

Señor:
no es lo mismo confiar en ti que confiar en nuestras propias fuerzas. El orgullo nos echa a perder: nos creemos más capaces de lo que somos, nos creemos superiores a los otros: empezamos a despreciar a la gente y terminamos solos y aislados. Acuérdate, Señor, de todos los marginados de la tierra, de los infravalorados. Y sánanos del orgullo, porque todo lo bueno que tenemos de ti lo hemos recibido.
AVE MARIA

JUEVES, 16 MARZO 2006 (CUARESMA)
Existió un cura que estaba harto de una beata que todos los días venía a contarle las revelaciones que Dios personalmente le hacia. Semana tras semana, la buena señora entraba en comunicación directa con el cielo y recibía mensaje tras mensaje. El cura, queriendo desenmascarar de una vez lo que de superchería había en tales comunicaciones, dijo a la mujer:

- «Mira, la próxima vez que veas a Dios dile que, para que yo me convenza de que es Él quien te había, te diga cuáles son mis pecados, esos que sólo yo conozco».
Con esto, pensó el cura, la mujer se callará para siempre y dejará de molestarme con esas historias.
Pero a los pocos días regresó la beata.
- «¿Hablaste con Dios?»
- «Si.»
- «¿Y te dijo mis pecados?».
- «Me dijo que no me los podía decir porque los ha olvidado».
Al oír esto, el cura no supo si las apariciones aquellas eran verdaderas. Pero supo que la teología de aquella mujer era buena y profunda: porque la verdad es que Dios no sólo perdona los pecados de las personas sino que, una vez perdonados, los olvida. Esta es la misericordia de Dios que tan bien conocía aquella anciana. (Martín Descalzo)

Señor:
¡qué bueno eres!. No sólo perdonas nuestros pecados, sino que los olvidas, no llevas cuenta de nuestras maldades. A nosotros, en cambio, nos cuesta tantísimo olvidar el mal que nos han hecho... Si todos nos comportáramos como tú, este mundo sería un cielo.
Danos un corazón grande para ser capaces de perdonar y olvidar, sin hacer caso al refrán que dice: "perdonar es de cristianos, pero olvidar es de burros".
AVE MARIA

VIERNES, 17 MARZO 2006 (CUARESMA)
He aquí el consejo del jefe de una tribu de Madagascar:
- «Si has peleado con tu hermano y te propones matarlo, antes de llevar a cabo tu propósito, busca tu pipa, siéntate tranquilamente, cárgala de tabaco y fuma hasta terminarlo. Cuando hayas finalizado la primera pipa, te darás cuenta de que la muerte, pensándolo bien, es un castigo totalmente desproporcionado por la culpa cometida, y te propondrás darle solamente una buena paliza.
Carga entonces la segunda pipa, y fúmala sin prisas hasta el final, dejando que tus ojos contemplen el paisaje. Cuando la hayas terminado te persuadirás de que algunas palabras enérgicas pueden sustituir los golpes. ¡Bien!
Carga entonces tu tercera pipa y cuando hayas terminado de fumarla, lo más probable es que vayas a donde tu hermano y lo abraces». (Popular de Madagascar)

Señor:
nuestros nervios e impaciencias nos hacen cometer muchas barbaridades. El consejo de esta mañana nos viene de maravilla. Que seamos capaces de serenarnos antes de tomar ninguna decisión; que seamos capaces de ir al que nos ha molestado y abrazarle como un hermano.
Te pedimos esta mañana por los impacientes y por sus víctimas, por los esposos que maltratan a sus esposas, por los padres que maltratan a sus hijos y por los maltratados.
AVE MARÍA

JUEVES, 20 ABRIL 2004
Una vieja leyenda popular rusa cuenta que los santos Nicolás y Casiano iban paseando cuando encontraron en su camino a un pobre labriego cuyo carro había volcado.
Vamos a ayudarle, propuso Nicolás. -Yo, no, que me ensuciaré la túnica. -Entonces, espérame, que vuelvo enseguida. San Nicolás arremangó su túnica, metió mano a la carreta volcada, trabajó con el labriego hasta que caballo y carreta quedaron de nuevo en el camino. Eso sí, la túnica de Nicolás estaba rota y llena de manchas.
San Pedro se extrañó al verles volver así al cielo:-¿qué ha pasado?, preguntó a Nicolás y éste le contó lo sucedido. Entonces San Pedro preguntó a Casiano:
-Pero si estabais juntos ¿cómo es que tú vuelves limpio y sin rotos? -Yo no suelo mezclarme en lo que no me corresponde y, por supuesto, no quise ensuciarme la túnica. San Pedro sentenció: -Bien, tú, Nicolás, que no te importó mancharte por ayudar al prójimo tendrás en adelante dos fiestas cada año y serás considerado por los labriegos de Rusia el santo más importante después de mí. Tú, Casiano, que has preferido guardar limpia tu túnica, tendrás tu fiesta cada cuatro años, el 29 de febrero cuando toque bisiesto. Lo cual significa que a San Pedro le gustan las túnicas blancas, pero le gustan aún más las túnicas manchadas y rotas por ejercer la caridad.

Señor:

A veces somos como el San Casiano de la parábola: justificamos nuestra falta de solidaridad y justicia diciendo que “no nos gusta meternos en los asuntos de los demás”. Pero lo malo es que tú quieres que nos metamos en los asuntos de los demás, para ayudarles, aunque eso suponga molestias para nosotros.
Señor, te pedimos por tanta gente buena que está dispuesta a ayudar, para que nunca se cansen. AVE MARÍA.

MARTES, 21 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un avaro habla acumulado quinientos mil dinares y se las prometía muy felices haciendo cábalas sobre el mejor modo de invertir su dinero y pensando en el estupendo año que iba a pasar. Pero, inesperadamente, se presentó el Ángel de la Muerte para llevárselo consigo. Llegó de puntillas, con una mueca en el rostro y un silencio helado en sus expresiones. Entonces el hombre rico se puso a pedir y a suplicar, apelando a mil argumentos para que le fuera permitido vivir un poco más, pero el Ángel de la Muerte se mostró inflexible.
- «¡Concédeme tres días de vida, y te daré la mitad de mi fortuna!», le suplicó el hombre. Pero el Ángel no quiso ni oír hablar de ello y comenzó a tirar de él.
- «¡Concédeme al menos un día, te lo ruego, y te daré todo lo que he ahorrado con tanto sudor y esfuerzo!» Pero el Ángel seguía impávido.
Lo único que consiguió obtener del Ángel fueron unos breves instantes para escribir apresuradamente la siguiente nota:
- «A quien encuentre esta nota, quienquiera que sea: si tienes lo suficiente para vivir, no malgastes tu vida acumulando fortunas. ¡Vive! ¡Mis quinientos mil dinares no me han servido para comprar ni una sola hora de vida!».

Señor:
dice el refrán que la avaricia rompe el saco. Muchas veces nos pasa así. Pero la parábola de hoy nos recuerda que es mejor vivir que acumular. Líbranos, Señor, de la avaricia, del vivir para ganar en lugar de ganar para vivir.
Te pedimos, Señor, por los que tienen mucho y no reparten nada con nadie, y por los que ni siquiera tienen para sobrevivir y mueren de hambre. Que los países ricos no sean cada día más ricos a costa de los países pobres.
AVE MARIA

MIÉRCOLES, 22 MARZO 2006 (CUARESMA)
Cuando el Águila Real, solitaria sobre una altísima roca, se da cuenta de que se acerca el momento de su muerte, reúne a sus hijos, los mira uno por uno, y les dice:
- «Yo os he nutrido y criado para que seáis capaces de fijar los ojos en el sol. Aquellos de vuestros hermanos, que no han soportado la mirada del sol, ya han muerto. Pero vosotros sois dignos de volar más alto que cualquier otro pájaro. Ahora, yo voy a dejaros, pero no moriré en mi nido. Volaré alto, hasta donde me lleven mis alas; me lanzaré hacia el sol, lo más cerca posible. Y sus rayos encendidos quemarán mis viejas alas, y yo me precipitaré a tierra, caeré en el agua del torrente impetuoso. Pero mi espíritu resucitará desde el agua, presto a recomenzar una existencia nueva en cada uno de vosotros. El Águila Real no muere hasta que queda un Aguilucho Real...».
Dicho esto, el Águila emprendió el vuelo en presencia de sus hijos admirados y sorprendidos; dio vueltas entorno a la roca, después apuntó derecha hacia el altísimo azul, para quemar en el sol sus alas majestuosas. Hijos del Águila, grande es vuestro compromiso en el mundo...

(Leonardo da Vinci. Fábulas)

Señor:
a nosotros nos toca mantener vivos en esta tierra los grandes ideales, heredados de nuestros mayores; a nosotros nos toca dejar este mundo mejor que lo hemos encontrado.
Te pedimos hoy por esos jóvenes que sirven como Voluntarios en su patria y fuera de ella; por los artistas, los científicos, los investigadores... por los que trabajan en los Medios de Comunicación Social: ayúdalos a mejorar con su trabajo nuestra vida.
AVE MARIA

MIÉRCOLES, 23 MARZO 2006 (CUARESMA)
Una joven muchacha enfermó de la viruela pocos días antes de casarse con un chico bueno y amable que vivía en la ciudad. La viruela le dejó señalada toda la cara y ella se entristeció grandemente, pensando que ya no agradaría a su marido nunca. El joven, enterado de lo que sucedía, antes de ver a su prometida, le mandó un recado diciéndole:
— «Me duelen mucho los ojos y veo todo borroso».
Y unos días más tarde le envió otro recado en que le decía:
— «Estoy ciego».
Se celebró la boda y vivieron juntos en paz y armonía muchos años. Cuando, después de veinte años de matrimonio, ella murió, el marido abrió los ojos y comenzó a ver con toda normalidad. Cuando sus vecinos le pidieron explicaciones de aquella curación tan extraña, él respondió:
— «No era ciego, pero fingí serlo para que mi mujer no se entristeciese, pensando que yo la veía desfigurada por la viruela». (Al-Quscian)

Señor:
el comportamiento de este marido fue admirable: no sólo no abandonó a su prometida enferma, sino que se las ingenió para que ella no sufriera. Esto sí que es amar de verdad. Enséñanos a amar así. Te pedimos esta mañana por los enfermos y por quienes les atienden con amor: familiares, enfermeras, médicos... dales paciencia, delicadeza y caridad.
Te pedimos también por las familias en las que falta el amor.
AVE MARÍA

VIERNES, 24 MARZO 2006 (CUARESMA)
El pueblo se vio sacudido por un terremoto. En esta pequeña población habla un Maestro que instruía a varios discípulos. Durante el terremoto el Maestro aparentó serenidad. Quedó muy pagado de si mismo al comprobar la impresión que produjo en sus discípulos la falta de miedo que él había demostrado.
Cuando los discípulos, unos días más tarde, le preguntaron qué significaba vencer el miedo, él les hizo recordar su propio ejemplo:
- «¿No visteis cómo, cuando todos corrían aterrorizados de un lado para otro, yo seguí tranquilamente sentado bebiendo agua? ¿Y acaso alguno de vosotros vio que mi mano temblara mientras sostenía el vaso?»
- «No, dijo un discípulo. ..Pero no era agua lo que bebíais, señor, sino salsa de soja... »

(Anthony de Mello)

Señor:
el maestro de la parábola no es un valiente, sino un fanfarrón, que presume de lo que no tiene. Nosotros también somos muchas voces pobres fanfarrones que vivimos de apariencias. Ayúdanos a crecer en personalidad, en sinceridad y en capacidad de compromiso. Que no seamos toda la vida como niños irresponsables y pasotas.
Te pedimos, Señor, por los las Madres Calasancias, dedicadas a atender a los hijos de los presos y miembros de la Familia Calasancia.
AVE MARÍA

LUNES, 27 MARZO 2006 (CUARESMA,)
El Maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad.
- «Primero, Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecía una serie de años.»
- «Luego volvió y me condujo al País de la Aflicción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de todo afecto desordenado».
- «Pasado un tiempo me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mi de egoísmo. Tras todo ello, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte».
- «¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?» le preguntaron los discípulos.
- «No», respondió el Maestro. Un día dijo Dios: Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al "mismo corazón de Dios". Y fui conducido al País de la Alegría.

(Anthony de Mello)

Señor:
nosotros somos muy jóvenes y todavía no hemos podido recorrer las fases de las que habla la parábola; pero queremos llegar "al mismo corazón de Dios: al país de la alegría". Haznos alegres siempre, porque la alegría es el mejor apostolado que podemos hacer.
Te pedimos por los sacerdotes y religiosos/as que se esfuerzan por buscarte, por nuestros padres y por todos los que te buscan. Llévalos de la mano y hazles atravesar las fases que llevan hasta tu corazón.
AVE MARÍA

MARTES, 28 MARZO 2006 (CUARESMA)
Un sabio vivía santamente, distribuyendo enseñanzas y consejos a sus discípulos y a quien quiera que se dirigiera a él. Un día, uno de sus seguidores vino a su cabaña y se lamentó de la avaricia de su mujer. El sabio fue a visitar a la mujer del discípulo y le puso delante de la nariz, sin palabras, el puño cerrado.
— ¿Qué quieres decir con esto?,— preguntó sorprendida la mujer.
— Supón que mi puño fuese siempre así. ¿Cómo lo definirías? — le pregunta el sabio.
— Deforme,— respondió ella.
Entonces él abrió la mano totalmente ante la cara de la mujer y dijo:
— Y ahora supón que fuese siempre así. ¿Qué cosa dirías?
Que es otro tipo de deformidad,— dijo la mujer.
— Si entiendes esto — concluyó el sabio —, eres una buena mujer y estás en el buen camino, continúa por él.
Y se marchó. Después de aquella visita, la mujer ayudó al marido no sólo a ahorrar, sino también a distribuir a los necesitados. (Cuento japonés)

Señor:
en esta vida es necesario saber ahorrar y saber gastar. Esta mañana queremos darte gracias por tantas personas que con sus ahorros y sus gastos hacen progresar la economía de nuestro país.
Y te pedimos por quienes no tienen trabajo, la fuente primera de supervivencia de las familias. especialmente te pedimos por los jóvenes que no han encontrado aún su primer trabajo.
AVE MARIA

MIÉRCOLES, 29 MARZO 2006 (CUARESMA)
Si tenéis necesidad de un juez para resolver cualquier disputa, dirigiros únicamente a un hombre honrado y leal. Mirad lo que les sucedió a dos nutrias que queriendo repartir entre ellas un grueso salmón, se dirigieron nada menos que a un chacal—o sea, a una criatura conocida por egoísta e infiel—con la finalidad de proceder a una recta distribución de la presa.
—¿Os atendréis a mi decisión?,—preguntó el chacal.
—Si, ciertamente,—respondieron las dos nutrias litigantes.
Entonces el chacal cortó la cabeza y la cola del pez, y las apartó. Después dijo a las nutrias:
—Amigas, aquélla de vosotras que corra a lo largo de la ribera del río, tendrá la cola; y aquélla que pesca en las aguas profundas, tendrá la cabeza. En cuanto a la parte del medio ésa me pertenece por derecho, por el hecho de que yo soy el juez.
Dicho esto, el chacal tomó la parte mejor del salmón, y se fue con ella, mientras que, las dos pobres nutrias, desilusionadas y disgustadas, lo seguían con la mirada. (Parábola budista)

Señor:
ser honrado y justo cuesta mucho. Es fácil caer en la tentación de abusar de los más débiles. Y esto no lo hacen sólo los mayores, también nosotros abusamos con frecuencia los unos de los otros.
Te pedimos por los encargados de administrar justicia, los jueces, para que no se dejen influir por presiones políticas ni económicas. Y nos acordamos también de quienes están en las cárceles, privados del don de la libertad.
AVE MARÍA

JUEVES, 30 MARZO 2004 (CUARESMA)
Durante siete años no pude dar un paso. Día y noche caminaba con mis muletas... casi arrastrándome por el lodo de los mil caminos de la tierra. Fui al gran médico y le conté mi caso.
—¿Por qué llevas muletas?—me preguntó.
—Porque estoy tullido—le respondí.
—No es extraño—me dijo el gran médico—, prueba a caminar sin muletas. Son esos trastos los que te impiden caminar. Deja esas muletas aunque tengas que caminar a cuatro patas. Y antes de que pudiera reaccionar, el gran médico, riendo como un monstruo, arrancó las muletas de mis manos, y las rompió en mis espaldas. Y sin dejar de reír las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Camino con normalidad. Me curó una carcajada y una voz que me dijo que tenía que romper mis muletas. Es verdad que tan sólo a veces, cuando veo en mi camino palos o algo que se asemeje a mis muletas, camino peor durante unas horas.
Pero estoy contento a pesar de todo: he aprendido que en la vida lo importante es romper las muletas, y ayudar a que otros también rompan las suyas. (B. Brecht)

Señor:
¡Cuánto nos gustan las muletas!. Y el caso es que decimos con la boca llena que queremos ser libres, pero a la hora de la verdad nos creamos mil muletas, mil esclavitudes, cosas o cosillas de las que no somos capaces de prescindir. Ayúdanos, Señor, a ser libres de verdad y a crecer en personalidad.
Te pedimos, Señor por quienes han caído en el vicio del alcohol, de la droga o del juego; ayúdales a liberarse.
AVE MARIA

VIERNES, 31 MARZO 2006 (CUARESMA)
Tres ranas cayeron en un balde lleno de leche.

La primera, pesimista, pensó enseguida que no había nada que hacer. Desanimada permaneció quieta y poco a poco se fue hundiendo hasta que se ahogó. La segunda, lúcida razonadora, pensó que podría salir de apuros dando un gran salto. Con la idea fija en la mente calculó los valores algebraicos de la trayectoria, halló ecuaciones parabólicas y dinámicas, después dio el salto. Pero, enfrascada como estaba en sus elucubraciones, no había notado que el balde tenia un mango. Y contra el mango fue a destrozarse. La tercera rana tenia un gran deseo de vivir. No reflexionó mucho, pero quería salir de aquel apuro. No supo hacer otra cosa que expresar tal deseo: se movió, se agitó, se rebeló contra su suerte... Y tanto se movió y luchó que la leche se volvió mantequilla, sacudida por tanto movimiento.
Y esta tercera rana fue quien se salvó. (Pitigrilli)

Señor:
los que triunfan en la vida son los constantes y tenaces, los que quieren las cosas de verdad y las persiguen con toda su fuerza. Muchos de nosotros, sin embargo, nos desanimamos y cansamos con gran facilidad Te damos gracias por LA TENACIDAD DE LOS Escolapios, que desde 1617 vienen prestando este servicio importantísimo de la educación a niños y jóvenes. ¡Bendícelos con abundantes vocaciones!.
AVE MARÍA

LUNES, 3 ABRIL 2006 (CUARESMA)
Cuenta la historia de un monje, Demetrio, que un día recibió una orden tajante: debería encontrarse con Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera el sol. El monje se puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad de camino se encontró con un pobre hombre herido que pedía socorro. Y el monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba al otro lado de la cima, antes de que atardeciese. Le prometió que volvería para socorrerle en cuanto atendiese a Dios. Y continuó su precipitada marcha.
Horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña. Estaba cansado pero satisfecho porque habla llegado antes de que expirara el plazo. Ansiosos por la cita, sus ojos se pusieron a buscar a Dios. Pero Dios no llegaba... y no llegó nunca. Dios se había ido a ayudar al herido con el que horas antes se cruzó por el camino.
Hay, incluso, quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió ayuda. (Leyenda eslava)

Señor:
esta leyenda eslava es igual que la parábola del samaritano. A las personas nos cuesta aprender que socorrer al necesitado es socorrerte a ti. Gracias, Señor, porque has querido identificarte con cada hombre o mujer que necesita ayuda, así nuestra Religión no es un escapismo, sino un compromiso de amor.
Te pedimos que nos ayudes a aprovechar bien el poco tiempo que queda de cuaresma.
AVE MARÍA

MARTES, 4 ABRIL 2006 (CUARESMA)
Sócrates se encontraba en la cárcel esperando a ser ejecutado. Un día oyó cómo otro prisionero cantaba una difícil y poco conocida canción del poeta Stesikoros. Sócrates pidió a su compañero que le enseñara aquella canción.
- «¿Para qué?», le preguntó el otro.
- «Para que pueda morir sabiendo una cosa más, fue la respuesta del gran filósofo».
El discípulo:
- «¿Por qué aprender algo nuevo una semana antes de morir?».
El Maestro:
- «Exactamente por la misma razón por la que quieres aprender algo nuevo cincuenta años antes de morir».
(Anthony de Mello)

Señor:
¡qué bonito es poder aprender durante toda la vida, aunque ahora nos parezca a muchos de nosotros que esto es aburrido y estemos deseando terminar los años de estudiante! Esta mañana te damos gracias, porque has dado a los seres humanos la inteligencia, la memoria, el habla y esa gran capacidad de aprender desde la cuna a la sepultura.
Te pedimos por los niños y jóvenes que no tienen colegios en los que aprender.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 5 ABRIL (Última semana de Cuaresma)
El Fuego, el Agua y el Honor en un tiempo se hicieron amigos y decidieron caminar juntos por el ancho mundo. El Fuego no puede jamás estar quieto en un solo lugar, y también el Agua se mueve sin descanso. En cuanto al Honor, era un huésped de cuidado, y por esto lo persuadieron para que viajara en su compañía. Pero antes de ponerse en camino, convinieron en darse una señal de reconocimiento, y así poder encontrarse por si acaso llegasen a alejarse y a perderse el uno del otro. Dijo el Fuego:
—«Si por si acaso sucediese que yo me separase de vosotros, allí donde veáis humo: ésta es mi señal, y ahí ciertamente me encontraréis».
—«En cuanto a mi —dice el Agua—, si me perdiera de vista, no me busquéis donde veáis sequedad o grietas de tierra; allí donde encontréis sauces y mucha vegetación, allí estaré yo».
—«En cuanto a mi—dice el Honor—, abrid bien los ojos y procurad no perderme nunca de vista; porque si, por mala suerte, me perdéis, aunque sea una sola vez, no me podréis volver a encontrar nunca más».
(Gaspar Gozzi)

Señor:
eso del "honor" nos suena un poco a cosa anticuada. Nuestros antepasados le daban mucha importancia, pero los de hoy parece que no lo tengamos en cuenta. Y, sin embargo, qué cosa más importante es: el honor consiste en ser capaz de vivir con honradez, justicia y solidaridad.
Te pedimos, Señor, por quienes han perdido esta capacidad y andan por la vida como puros animales, sin alcanzar la dignidad humana.
AVE MARÍA

JUEVES, 6 ABRIL 2006 (Última semana de Cuaresma)
A una mujer que se confesaba frecuentemente de hablar mal de los demás, san Felipe Neri le preguntó:
—¿Te sucede con frecuencia hablar mal del prójimo?
—Muy a menudo, Padre—responde la penitente.
—Hija, creo que no te das cuenta de lo que haces. Es necesario que hagas penitencia. He aquí lo que harás: mata una gallina y tráemela enseguida, desplumándola por el camino desde tu casa hasta aquí.
La mujer obedeció, y se presentó al santo con la gallina desplumada.
—Ahora—le dijo Felipe—, regresa por el mismo camino que viniste y recoge una por una las plumas de la gallina...
—Pero eso es imposible, padre—rebatió la mujer—, con el viento que hace hoy no podré encontrar más que unas pocas.
—También yo lo sé—concluyó el santo—, pero he querido hacerte comprender que si no puedes recoger las plumas de una gallina, desparramadas por el viento, tampoco puedes recoger todas las calumnias levantadas y dichas de mucha gente, y en perjuicio de tu prójimo. (Felipe Neri)

Señor:
estamos acostumbrados a oír en la radio, ver en la tele o leer en la prensa noticias negativas de algunas personas que luego son desmentidas. Pero, como dice la parábola de hoy, el mal que se les produce no siempre se puede retirar. Ayúdanos a no hablar mal de nadie siguiendo aquel consejo tan bonito "cuando no puedas alabar, cállate".
Te pedimos por los periodistas de prensa, radio y televisión.
AVE MARÍA

VIERNES, 7 ABRIL 2006 (Última semana de Cuaresma)
Un águila, cazada por un campesino, vivía atada por una pata en el corral de una granja. No se resignaba a vivir como una gallina cualquiera. Había empezado a dar tirones y tirones a la cuerda que la tenía atada a una fuerte viga del gallinero. Clavaba los ojos en el cielo azul y partía con toda su fuerza. Inexorablemente la cuerda la derribaba a tierra.
Lo intentó y volvió a intentarlo durante semanas, hasta que la piel de la pata quedó toda desgarrada y se le destrozaron las alas.
Al final se acostumbró a aquella vida de esclavitud. Después de unos cuantos meses le gustaba, incluso, el pienso de las gallinas. Se habituó a escarbar y picotear entre la basura.
Así no llegó a darse cuenta de que la lluvia del otoño y la nieve del invierno habían llegado a pudrir la cuerda que la sujetaba a la viga.
Habría bastado un pequeño tirón y el águila habría vuelto a la libertad como reina del cielo.
Pero nunca lo dio. (Bruno Ferrero)

Señor:
nosotros, como el águila de la parábola, podemos llegar a acostumbrarnos a los suspensos y no tener fuerza para salir de esa situación. A algunos ya nos ha ocurrido. La parábola de hoy nos pone en guardia: en esta vida todo tiene arreglo, si somos constantes y no nos dejamos vencer por la rutina o el pesimismo.
Te pedimos por los estudiantes desanimados, para que reaccionen y no den nunca por perdido el curso.
AVE MARÍA

MARTES, 18 ABRIL 2006
Un día dos tigres necios comenzaron a atravesar en direcciones opuestas un puente hecho con cuerdas en la selva. El puente era tan estrecho que no podían pasar los dos tigres a la vez. Cuando se encontraron justamente en el medio, uno dijo al otro:

- «Regresa y espera hasta que pase».
A lo que el otro tigre respondió:
—«No, yo he llegado primero al puente. Eres tú quien debe regresar».
Se detuvieron observándose uno al otro y ninguno quería ceder el paso. Después comenzaron a luchar y los dos se cayeron desde el puente. Fueron devorados por un cocodrilo que nadaba, esperándoles, debajo. (Popular africano)

Señor
las personas nos comportamos muchas veces como los dos tigres de la parábola, discutimos y discutimos sin querer ceder ninguno y terminamos perdiendo todos. ¡Cuántas peleas, cuántas guerras, cuánto terrorismo!. Gracias, Señor, por el trimestre que transcurre, por lo que en el colegio y especialmente en la Oración de cada mañana aprendemos.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 19 ABRIL 2006 (OCTAVA DE PASCUA)
Un joven beduino, vagando en el desierto, vino a parar cerca de un pozo junto al cual se encontraba para sacar agua una muchacha guapa como la luna llena. El joven beduino se le acercó y le dijo:
—«¡Estoy perdidamente enamorado de ti!».
La joven le responde:
—«Cerca de la fuente hay otra muchacha tan guapa que yo no soy digna de ser su sierva.
El joven beduino giró enseguida la cabeza y se puso a buscarla: No habla nadie».
Entonces la muchacha exclamó:
—«¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea es la mentira! Dices amarme y basta que yo te hable de otra mujer para hacerte girar la cabeza y buscarla desesperadamente».

(Ahmed Ibn Mohammed, siglo x)

Señor:
Un mundo basado en la sinceridad sería un mundo hermosísimo. Pero desgraciadamente nos gusta mentir, aparentar, decir lo que no sentimos...Nuestra justicia es muy imperfecta: a veces está en la cárcel un inocente y fuera quien deberla estar dentro. Gracias, Señor, porque tú conoces la verdad de cada uno, porque no te dejas engañar por las apariencias. Y, a pesar de eso, nos amas a cada uno y nos perdonas siempre.
AVE MARÍA

JUEVES, 20 ABRIL 2006 (OCTAVA DE PASCUA)
Un cuervo vanidoso estaba cansado de sus plumas negras y sentía una cierta envidia de los pavos reales, siempre adornados con sus vistosos colores. Piensa que te piensa, decidió recoger las plumas, que se le habían caído a un pavo real, se engalanó con ellas, y desdeñando luego a los otros cuervos, se introdujo en la hermosa manada de los pavos reales.
Los pavos se admiraron al principio del ser tan ridículo y extraño, y reconociendo que no era de su especie, le arrancaron las plumas hurtadas, y le echaron de allí a picotazos.
El cuervo, viéndose tan maltratado, medio muerto, y lleno de vergüenza, se volvió con los suyos, los cuales también le despreciaron y le arrojaron de si. Entonces uno de los cuervos, a quien había menospreciado antes, le dijo:
—«Si te hubieras contentado con vivir entre nosotros, y te hubieras sentido orgulloso de lo que te dio la naturaleza, ni hubieras padecido aquella afrenta, ni ahora tendrías que sentir esta repulsa». (Esopo)

Señor:
la fábula de Esopo nos viene como anillo al dedo, porque nosotros también, más de una vez, envidiamos a otros y no nos conformamos con lo que somos y tenemos. Enséñanos a apreciar lo que tú nos has dado a cada uno y a no envidiar lo que los otros tienen, porque sólo así viviremos felices y seremos útiles a los demás.
Te pedimos por quienes se sienten acomplejados y no reconocen sus buenas cualidades.
AVE MARÍA

VIERNES, 21 ABRIL 2006 (OCTAVA DE PASCUA)
El peregrino Nasrudín se encontró un diamante al borde de la carretera. Según la ley, el que encuentra algo sólo puede quedarse con ello si anuncia su hallazgo, en tres ocasiones distintas, en el centro de la plaza del mercado.
Como Nasrudín tenia una mentalidad demasiado religiosa como para hacer caso omiso de la ley, y además era demasiado codicioso como para correr el riesgo de tener que entregar lo que había encontrado, acudió durante tres noches consecutivas al centro del mercado de la plaza, cuando estaba seguro de que todo el mundo estaba durmiendo, y allí anunció con voz apagada:
«He encontrado un diamante en la carretera que conduce a la ciudad. Si alguien sabe quién es su dueño, que se ponga en contacto conmigo cuanto antes».
Naturalmente, nadie se enteró de las palabras del peregrino, excepto un hombre que, casualmente, se encontraba asomado a su ventana la tercera noche y oyó cómo el peregrino decía algo entre dientes. Cuando quiso averiguar de qué se trataba, Nasrudín le replicó: «Aunque no estoy en absoluto obligado a decírtelo, te diré algo: como soy un hombre religioso, he acudido aquí esta noche a pronunciar ciertas palabras en cumplimiento de la ley.»
Propiamente, para ser malo no se necesita quebrantar la ley. Basta con cumplirla al pie de la letra..(Cuento sufí)
Señor: Nosotros, como Nasrudín, muchas veces queremos nadar y guardar la ropa; queremos cumplir la ley sin cumplirla. ¡Cuánta hipocresía hay en nuestra vida!. Gracias, Señor porque nos lo haces ver. Ayúdanos a seguirte de todo corazón, con valentía, sin querer cumplir la letra y no cumplir el fondo. Te pedimos, Señor, por los que hacen las leyes y por los jueces: que busquen siempre el bien del pueblo y nunca los intereses propios. AVE MARÍA
LUNES, 24 ABRIL 2006 (OCTAVA DE PASCUA)

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los letrados y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: Levántate y ponte ahí en medio. El se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: Os voy a hacer una pregunta: ¿Que está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?. Y echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: Extiende el brazo. E1 lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Señor, las personas somos a veces tan mezquinas que ni hacemos el bien ni queremos que los otros lo hagan. Ayúdanos a formarnos un corazón grande y generoso, capaz de hacer el bien aunque haya quien nos critique. Te pedimos por los que son víctimas del odio y de la envidia, para que también ellos puedan gozar de la felicidad que da el hacer el bien. DIOS TE SALVE, MARÍA


MARTES, 25 ABRIL 2006
(OCTAVA DE PASCUA)
Un caballo brioso y muy bien enjaezado, ensoberbecido de sus ricos adornos, se encontró en un camino estrecho con un pobre asno que venía cargado desde muy lejos, y porque no le hizo lugar al instante, le dijo el caballo con arrogancia:
—Bestia vil, ¿por qué me impides el paso?. No sé cómo no te mato a coces.
El asno espantado de la soberbia del caballo se apartó a un lado, y le dejó pasar libremente.
Algún tiempo después se desmejoró tanto el caballo y enflaqueció de manera, que no se pudo reparar, y así se hizo inútil para el regalo de su amo.
Este le destinó entonces a llevar estiércol, a tirar del carro, y a trabajar en el campo, trocando sus arneses bordados en albardas, y aparejos de labor; y así iba por los caminos molesto y fatigado.
El asno a quien había insultado, estando paciendo en el campo vio al caballo, que traía una carga de estiércol, y le dijo:
—¿No eres tú aquel caballo que le parecía sobrepujar a los demás animales?. ¿Dónde está tu soberbia y orgullo?. ¿Dónde está tu dorada silla y tus brillantes arreos?. Amigo, eso es justo que suceda al que se ensoberbece. (Esopo)
Señor: El pueblo sensato dice “dime de qué presumes y te diré qué te falta”. La fábula de hoy, Señor, nos recuerda que mientras más alto subamos, mis grande será la caída. Danos un corazón sencillo, capaz de apreciar a todos y no creernos superiores a nadie. Libéranos de soberbias, orgullos, racismos e incomprensiones. Te pedimos, Señor, por los marginados de nuestro curso, del colegio y del mundo entero. AVE MARÍA
MIÉRCOLES, 26 ABRIL 2006

Por entonces, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles. Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Señor, tú has venido a curar, a sanar. Por eso es estúpido tenerte miedo a ti. Enséñanos a orar como tú orabas al Padre. Te pedimos en esta mañana por todos los enfermos y por aquellas personas que dedican su vida a la oración por los demás, los monjes y monjas de clausura. Multiplica, Señor, las vocaciones de estos monasterios. AVE MARÍA


JUEVES, 27 ABRIL 2006
En un grupo de monjes que vivían en cuevas en el desierto, cierto día, un joven monje fue a consultar a un anciano.
—Padre—le dije, tú sabes que hace poco más de un año que vivo aquí en el desierto. Durante este tiempo ya son seis o siete las veces que ha venido una plaga de langostas. Tú sabes bien la lata que dan. Se meten por todas partes, incluso en la comida. ¿Tú qué haces en este caso?.
El anciano, que llevaba ya cuarenta años viviendo en el desierto, le contestó:
—Al principio, cuando me caía un solo saltamontes en la sopa, tiraba todo el plato. Luego, quitaba los saltamontes y comía la sopa. Después, lo comía todo. Ahora, si algún saltamontes trata de escapar de la sopa, lo vuelvo a meter. (Apotegma de los padres del desierto)

Señor:
Estos monjes del desierto son unos tipos curiosos, Señor. Hoy quieren decirnos que no hemos de ser melindrosos, niños perpetuos que todo les molesta. Ayúdanos, tú, Señor, a comprender que en un mundo donde mueren cada día tantísimas criaturas de hambre, no podemos ser caprichosos, malgastadores y derrochones. Despierta en nosotros el deseo de ayudar a los pobres de aquí y a los del Tercer Mundo.
AVE MARÍA

VIERNES, 28 ABRIL 2006
Un día se presentó a la consulta de un célebre psiquiatra un hombre sereno y equilibrado en apariencia, serio y elegantemente vestido. Sin embargo, después de intercambiar algunas frases, el doctor descubrió que aquel hombre se encontraba muy deprimido, abatido por un profundo sentimiento de tristeza y melancolía. El doctor comenzó con responsabilidad la terapia del enfermo y, al final de la entrevista, dijo a su nuevo paciente:
—¿Por qué no va esta tarde al circo que acaban de instalar para las fiestas?. En el espectáculo actúa un payaso famosísimo que ha hecho reír y divertirse a medio mundo: todos hablan de él como de algo nunca visto, porque es un caso único. Le hará mucho bien. Verá cómo se lo agradece.
Entonces aquel hombre rompió a llorar:
—No puedo: ¡ese payaso soy yo!

Señor,
la intolerancia, el racismo, la xenofobia... ponen en peligro nuestro mundo. Nosotros queremos ser flexibles y tolerantes, que no es lo mismo que pasotas e indiferentes. Te damos gracias porque tú sí que eres flexible y tolerante.
Esta mañana te pedimos por los territorios y otros intransigentes: toca su corazón y sus mentes, para que terminen ya con la violencia.
AVE MARÍA

MARTES, 2 MAYO 2006
Una mañana me encontré en el suelo esta carta y la curiosidad me hizo leerla:
- “Hola mami: soy tu hijo ¿me recuerdas?. El que debió ser mi padre andaba fuera del país. No bastaron las promesas de amor que le escribías, ni tu honestidad, ni tu familia. En su ausencia surgió otro hombre. De ese romance fui engendrado yo. ¡Qué gratos recuerdos, mami, de los tres meses y veintiún día que me acunaste en tu vientre! ¡Me sentía tan seguro!¡Qué bonito era sentir tus caricias, escuchar el timbre dulce de tu voz, jugar con tu universo interno...!.Sin embargo, había que blanquear tu desliz, tenía que morir el delator y ése era yo. Por entonces supe de los problemas y de las discusiones que tenías con tu amante, mi padre. Él quería verme nacido y tú, no. ¡Qué peleas!. Hasta que al fin pudiste arrancarle el dinero que costó mi defunción. Por cierto: ¡qué triste que a todo le pongan precio en el mundo de las personas!: hasta al asesinato de un inocente. -¡Qué caros resultan los abortos, comentaste, pero no hay tiempo que perder, lo que tenga que ser, que sea de una vez!. -No llores, mami. Perdóname si acaso yo soy el culpable de tu sufrimiento. Pide conmigo que a otros niños que viven aún en el seno materno no los maten como a mí. Te espero con los labios aún sin estrenas, pero llenos de besos guardados para ti. ¡Hasta entonces!

Señor:
es fábula, pero desgraciadamente resulta tantas veces amarga realidad. Son muchos los partidarios del aborto por comodidad, por ocultar una infidelidad, por poder vivir un poquito mejor... Ayúdanos a apreciar de tal modo la vida que por nada del mundo seamos capaces de cortar una vida humana, dentro o fuera de la madre.
Te pedimos esta mañana por quienes han sido obligadas a abortar contra su voluntad y por quienes les han obligado a ello.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 3 MAYO 2006
Cuentan que a un pueblo lejano llegó cierto día un hombre ya bien anciano. Dicen que era sabio y que unos jóvenes universitarios decidieron comprobarlo. Se acercaron a él y le preguntaron:
- Si eres sabio, dinos: ¿quién es la mejor persona de este pueblo?.
Al día siguiente se colocó el anciano en una calle donde todos los ciudadanos pasaban. Se colocó un cartel que decía: “Necesito algo de Ud., por favor. Dóneme alguna cosa”.
La gran mayoría le dio dinero. Pero cada vez que recibía dinero, lo arrojaba a un mendigo que se encontraba cerca de él. La gente se sorprendió con su actitud.
A la mañana siguiente volvió a colocarse el mismo cartel. Esta vez muy pocos le dieron dinero; algunos le trajeron, eso sí, comida. Y otra vez el sabio entregó la comida a mendigos cercanos y al llegar la hora del almuerzo comió de sus propias viandas. Nadie entendió qué quería realmente el sabio.
El tercer día apareció un vecino, que se acercó al sabio, le preguntó cómo estaba, le sonrió y mantuvo una conversación con él. Cuando este hombre se fue, el sabio se levantó, se quitó el cartel y abandonó el lugar.
Al preguntarles los universitarios qué había sucedido, el sabio contestó:
-Quienes me dieron tanto el dinero como la comida no hacían nada de especial.; cumplían con su deber de dar algo a quien no tiene. Sin embargo, la persona que se acercó, me sonrió y conversó conmigo es la mejor de todas, porque me dio la riqueza de la vida y la comida del espíritu. Y añadió: ya saben: siempre que busquen a alguien bueno, comprueban que, junto con cosa material, esa persona dé algo de sí misma.

Señor:

puede que a más de uno de nosotros nos haya sorprendido lo que dice esta fábula, pero es así: hay multitud de veces en las que hace más bien una palabra cariñosa, una leve sonrisa que una limosna en dinero o comida. Ayúdanos a respetar a esas personas que encontramos pidiendo por la calle y a acercarnos amablemente a ellas, aunque no tengamos un euro que darles.
AVE MARÍA

JUEVES, 4 MAYO 2006
Se cuenta que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol logró meterse por un agujero de la puerta en dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminarlas, se topó con una puerta semiabierta. Lentamente se adentró en la habitación. Para su sorpresa, se dio cuenta que en ese cuarto había mil perritos más observándolo tan fijamente como él los miraba a ellos.. Nuestro perrito empezó a mover la cola y a levantar lentamente las orejas. Los otros mil hicieron lo mismo. Luego sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. Nuevamente se sorprendió al ver que todos los otros también le sonrieron y le ladraron alegremente. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: ¡Qué lugar tan agradable!. ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!.
Un tiempo después fue otro perro callejero el que llegó hasta el cuarto de los mil perritos. Éste se vio amenazado desde el primer instante, empezó a gruñir y vio cómo los otros mil le gruñían a él. Ladró ferozmente después y obtuvo la misma respuesta. Cuando salió del cuarto pensó: ¡Qué lugar tan horrible es éste!¡Nunca más volveré a entrar aquí!
Ninguno de los dos perros pudo leer el letrero que había en la puerta de entrada: “La casa de los mil espejos”.
-Andemos con cuidado, porque todos los rostros son espejos. Ninguno es responsable de la cara que tiene, pero cada uno somos responsables de la cara que ponemos al mirar a los otros.

Señor:

qué curiosa la parábola de hoy. En efecto, si la gente ve en mí un rostro amable, tiene a sentirse a gusto en mi presencia y a tratarme con amabilidad; si aprecian en mí una cara de chorizo, huyen de mi presencia o me tratan con dureza.
Ayúdanos tú a mirar con benevolencia y ternura a todas las personas, para darles seguridad y bienestar ante nosotros.
AVE MARÍA

VIERNES, 5 MAYO 2006
Un muchacho se quejaba un día a Dios y le decía:
-Señor, tú has hecho ricos a los demás, mientras que a mí no me has dado nada.
Un viejo, que escuchaba sus quejas, le dijo:
-¿Eres tan pobre como crees? ¿No te ha dado Dios juventud y salud?
-Sí, es verdad, y me siento orgulloso de ellos, dijo el muchacho.
Entonces el viejo le tomó de la mano y le dijo:
-Si te diese seiscientos euros ¿te dejarías cortar la mano derecha?
-Ni hablar.
-¿Y la izquierda?
-Tampoco
-Y si te diese un millón te dejarías quitar la vista?
-¡No lo permita Dios!. Por ninguna fortuna del mundo me dejaría quitar un de mis ojos.
-Entonces ¿de qué te quejas? ¿no ves la inmensa fortuna que Dios te ha regalado?. Vete y no seas desagradecido.

Señor:

riqueza no es sólo tener dinero. Riqueza inmensa es tener vida, disfrutar de la vista, el oído, el gusto, el tacto... tener una familia y un hogar... poder estudiar... contar con amigos... Riqueza es creer en Dios, saber que en el cielo tenemos a Jesús, a su Madre, a nuestros familiares difuntos esperándonos... Te damos gracias, Señor por las personas que con sus palabras o sus escritos levantan nuestra vista a las riquezas no materiales que todos hemos recibido. Por ellos,
AVE MARÍA.

MARTES, 9 MAYO 2006
Un poderoso sultán viajaba en cierta ocasión por el desierto seguido de una larga comitiva que transportaba su tesoro de oro y piedras preciosas. A mitad de camino, un camello de la caravana, agotado por el fuego de la arena, se desplomó agonizante y no volvió a levantarse. El cofre que transportaba rodó por la falda de la duna, reventó y derramó todo su contenido de piedras preciosas entre la arena. El sultán no quería aflojar la marcha. Tampoco tenía otro cofre de repuesto, y los restantes camellos iban con más carga de la que podían soportar. Con un gesto entre molesto y generoso, invitó a sus pajes a recoger las piedras preciosas que pudieran y a quedarse con ellas.
Mientras los jóvenes se lanzaban con avaricia sobre el rico botín y escarbaban afanosamente en la arena, el sultán continuó su viaje por el desierto. Se dio cuenta de que alguien seguía caminando detrás de él. Se volvió y vio que era uno de sus pajes, que lo seguía sudoroso y jadeante.-y tú –le preguntó el sultán- ¿no te has parado a recoger nada?. El joven le respondió con dignidad y orgullo:
-¡Yo sigo a mi rey!

Señor:

la avaricia, el deseo de riqueza hace que muchos dejen sus convicciones más profundas y cometan hasta crímenes. ¡Qué fuerte es el deseo del dinero!. Por algo tú dijiste en el Evangelio: “No podéis servir a dos señores, al dinero y a mí...”. Está claro que necesitamos dinero para vivir, para formar una familia, para atender a los hijos... pero, Señor, que nunca el dinero se convierta en un Dios para ninguno de nosotros.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 10 MAYO 2006
Un gran maharajá indio no era feliz y, sin embargo, tenía todo lo que un mortal puede desear. Un día fue en busca de su gran visir y le preguntó qué debía hacer para alcanzar la felicidad.
-Nadie es feliz, le respondió el visir.
Insatisfecho, el maharajá planteaba la misma pregunta a todos los que encontraba... hasta que un sabio le aconsejó:
-Si te pones la camisa de un hombre feliz, llegarás tú también a serlo.
Inmediatamente el maharajá envió a sus muchos servidores por todo su reino con la misión de encontrar un hombre feliz y llevarle su camisa.
Los criados partieron a los cuatro puntos cardinales del territorio e interrogaron a las gentes. Pero siempre la misma respuesta:
-No, no soy feliz... no tengo más que un pedazo de tierra... no estoy bien en mi pellejo... me encuentro enfermo...
Ricos y pobres, hombres y mujeres, adultos y niños, nadie era feliz. Ya estaban a punto de abandonar la empresa, cuando uno de ellos descubrió, en el fondo de un macizo montañoso, una cueva en la que vivía un “yogui”. No poseía nada y se alimentaba con un poco de arroz cada día. Uno de los criados le hizo la pregunta:
-¿Eres feliz?
-¿Yo?, completamente feliz, respondió.
-Entonces, dame tu camisa al momento, que la necesita el maharajá.
Aquel hombre fijó su mirada en el forastero, se abrió lentamente la vieja chaqueta, y con un gesto amable dijo:
-Gustoso se la daría al maharajá... pero hace tiempo que no tengo ni camisa.

Señor:

la parábola nos quiere enseñar que no hay “camisa de la felicidad”, que la felicidad no es producto de poseer esto o aquello; que la felicidad es una actitud ante las cosas; y que se puede ser infeliz poseyendo muchas cosas y feliz sin tener ni siquiera camisa. ¡Cómo nos cuesta aprender esta lección, a nosotros que confundimos poseer con ser feliz!.
Te pedimos por esas personas libres que con todo se encuentran bien.
AVE MARÍA

JUEVES, 11 MAYO 2006
Una pata muy maternal puso una docena de huevos y los empolló esperando paciente su nacimiento... con tan mala suerte que un zorro hambriento la descubrió y se la comió. Una gallina, que había perdido sus huevos, decidió hacerse cargo del nido donde doce huerfanitos dormían en sus cascarones. Llegó el momento y doce patitos comenzaron a moverse por el campo. Crecieron junto a su madre adoptiva; y cierto día de intenso calor mamá gallina se acercó a una laguna para beber. Los patitos se lanzaron al agua felices. Flotaban como copos de algodón amarillento. Mamá gallina olvidó su sed, abrió las alas, cacareó desesperadamente. Los llamó insistentemente... pero ¡nada!. Los doce patitos se internaron en el agua como una flota de barquitos de juguete. Ante lo inútil de sus llamadas, se lanzó al agua para salvar a sus hijos adoptivos. Sintió que las aguas amenazaban su vida. Regresó a tierra y sacudió sus plumas en la orilla, mientras los patitos se alejaban...

Señor:

¿Sufriría la gallina? ¿Comprendería que ella ya había hecho todo lo que podía por aquellas criaturas y que éstas debían vivir su vida de patos, aunque fuera a costa de hacer sufrir a la mamá adoptiva?. ¿No les pasa a veces a nuestros padres algo parecido?: no aceptan que sus hijos crecemos y tenemos que vivir nuestra vida, navegar por nosotros mismos?.
Te pedimos hoy por los padres y madres que sienten miedo a que sus hijos crezcan y se vayan de su lado.
AVE MARÍA

VIERNES, 12 MAYO 2006
Una persona recién llegada al cielo se encontró con un ángel que le dio un paseo por el cielo. Ambos caminaron paso a paso por unos grandes talleres llenos de ángeles. El ángel-cicerone se detuvo frente a la primera sección y dijo: “Esta es la sección de recibo”. Aquí son recibidas todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración. El nuevo inquilino del cielo vio cómo muchos ángeles clasificaban peticiones de todo el mundo. Continuaron el paseo y llegaron a la segunda sección, que el ángel llamó “la sección de empaquetado y entrega”. Había tantos ángeles trabajando en ella como peticiones escuchadas. Finalmente, en la esquina más alejada de aquel inmenso taller el cicerone le mostró la tercera sección, que llamó La sección del agradecimiento”. Y qué sorpresa se llevó nuestro hombre: sólo un ángel permanecía en ella, ocioso encima. Atónito preguntó:
-¿Cómo es que hay tan poco trabajo en esta tercera sección?
-Porque son muy pocas las personas que después de recibir los favores que solicitaron., se acuerdan de agradecerlos, contestó el ángel.

Señor:

¡qué pena que las personas seamos tan olvidadizas y tan poco agradecidas muchas veces!. Con lo que a todos nos gusta recibir las gracias o un detalle, cuando hemos prestado una ayuda. Tú ciertamente no necesitas nuestro agradecimiento, no nos prestas tu ayuda continua esperando recompensa alguna, pero ¡qué bonito es ser agradecidos y cuántas puertas nos abre!.
Te pedimos hoy por las personas que ayudan, tengan o no el agradecimiento de los ayudados.
AVE MARÍA

LUNES, 15 MAYO 2006
Un hombre entró en una barbería a cortarse el pelo y recortarse la barba. Como es costumbre en estos casos, entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaron de muchas cosas y el cliente se confesó creyente.
Llegados a ese punto, el barbero, respetuoso, le dijo:
-Fíjese, caballero: yo no creo que Dios exista, como usted dice.
-Pero ¿por qué afirma usted eso?, preguntó el cliente.
-Pues muy fácil, contestó el barbero. Basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O, dígame: ¿acaso si Dios existiera, habría tantos ladrones, borrachos, abusadores, habría niños abandonados, guerras, terrorismos... Yo no puedo pensar que exista Dios habiendo tanta maldad entre los hombres.
El cliente se quedó pensativo, pero no quiso responder, para evitar una discusión. Tan pronto como salió de la barbería se encontró uno y otro y muchos hombres con barba y pelos largos y algunos hasta sucios. Tuvo una inspiración, volvió a la barbería y le dijo al barbero:
-¿Sabe una cosa? ¡los barberos no existen!.
-¡Cómo que no existen, si aquí estoy yo!
-No, dijo el cliente, no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan largos y descuidados.
-Ah! Los barberos sí existen. Lo que ocurre es que esas personas son libres y no vienen a los barberos que podemos arreglarlos.
-¡Exacto!, dijo el cliente, Ese es el punto: Dios sí existe. Lo que ocurre es que muchas personas no vivimos como él recomienda y, mentimos, robamos, traicionamos, matamos...

Señor:

Aunque no acabemos de entenderlo, hoy queremos darte gracias por habernos hecho libres, aun a costa de rebelarnos contra ti. Tú has dejado bien claro que creaste a todos, a todos redimiste, haces salir el sol y bajar la lluvia para buenos y para malos... Pero lo mismo que el asfalto no recibe el agua y la tierra sí, así nos ocurre a las personas: unas obramos el bien, como a ti te gusta, y otras el mal, que tanto hace sufrir. Por nuestra conversión,
AVE MARÍA

MARTES, 16 MAYO 2006
Un amigo mío me envió el otro día una postal de un burro, con este precioso elogio a tan tierno animal. Tengo un burrito muy edificante y al que mucho me gustaría imitar en algunas de sus virtudes: siempre calla (fuera de algún rebuznillo); nunca se queja; no tiene pretensiones de ser caballo; carga con lo que le echen, como lo que es: un burro; cuando alguien quiere insultar a otro le llama con este nombre y él no se molesta, le da igual, se ve que aprendió aquello de “no lleves cuenta del mal que te hagan”. Es el más humilde de los animales. Y, por humilde, mereció estar con Jesús en su nacimiento, en su huida a Egipto, llevándolo encima en los momentos duros de la persecución; y, después, en los momentos gloriosos de la entrada triunfal en Jerusalén. Pero, además, en esos tiempos de gloria y de palmas y de andar sobre los mantos de los que aclamaban a Jesús, no se envanecía, porque era consciente que eso no era para él, sino para quien llevaba encima; él no era sino el borriquillo de Jesús. Antonio, amigo del corazón, pidamos a Jesús que nos conceda también esta gracia de la humildad a nosotros. Tuyo afectísimo. Eugenio.

Señor:

resulta ingeniosa, ocurrente, el contenido de esta postal. Y el caso es que se trata de una de las enseñanzas más repetidas por todos los grandes santos. Por ejemplo, San José de Calasanz decía a sus escolapios: “Si quieres ser santo, sé humilde; si más santo, más humilde; y si deseas ser muy santo, sé muy humilde”. Enséñanos, Señor, a no pavonearnos de las cualidades que tenemos, porque de ti las hemos recibido.
Te pedimos por las personas sencillas y humildes.
AVE MARÍA

MIÉRCOLES, 17 MAYO 2006
Un experto asesor de empresas sorprendió a los asistentes a su conferencia. Colocó sobre la mesa un gran frasco de boca ancha, introdujo piedras del tamaño de un puño hasta que no cupo ninguna más. Luego preguntó a los asistentes:
-¿Está lleno el frasco?
Todos asintieron, y él sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los huecos que dejaron las piedras. Entonces volvió a preguntar:
-¿Está lleno?
Esta vez los asistentes dudaron y él sacó un recipiente con arena, que fue volcando en el frasco y colándose por los recovecos que dejaban las piedras y la grava. Por tercera vez preguntó. Ahora los asistentes contestaron:
-¡No está lleno!
-Bien, dijo. Y cogiendo una jarra con un litro de agua la vertió en el frasco. El frasco ni ahora rebosó. El conferenciante preguntó:
-¿Qué hemos querido demostrar con esto?
Un alumno contestó:
-Que no importa lo llena que esté tu agenda; si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
-No, concluyó el experto: lo que he querido desmostar es que si no colocas en tu vida (en tu frasco) las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. Y ahora sólo falta que cada uno descubra cuáles son sus piedras grandes, sus valores fundamentales.

Señor:

qué bonita lección práctica: unos a la hora del estudio, por ejemplo, empiezan por lo más fácil y cuando están cansados quieren que les entre en la cabeza lo importante, pero no lo consiguen. Otros colocan lo primero en el frasco de su vida los negocios o la política... y luego no les queda sitio para la familia, los amigos, los hijos... Tú lo dijiste también: “buscad primero el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”.
AVE MARÍA

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